Hace unos meses, tuvimos la oportunidad de visitar junto a Jesús Calleja y su equipo los Valles Pasiegos, una comarca histórica en Cantabria conocida por sus pastos y su gran tradición ganadera. Ahí conviven varios vecinos con historias muy emotivas y dispares, pero a los que les une una desventaja: la falta de una buena conexión a internet. Como nos comentaba una de las vecinas, apenas les llega 1Mb, y cuando habla con sus nietos por videollamada, se corta la conexión.
Si una cosa tenemos clara es que queremos ayudar a mejorar las telecomunicaciones en el entorno rural, y como dice Jesús Calleja, “ver cómo el pasado y el futuro pueden convivir”. Porque ahora más que nunca, tenemos que traer gente a los pueblos y ofrecer las mismas oportunidades a quienes ya viven en ellos.
Con este foco, Adamo mantiene conectados a más de 100.000 hogares en Cantabria, con una previsión de aumentar nuestros servicios a 60.000 familias más durante este 2020. Pero no solo en Cantabria. A pesar del coronavirus, hemos instalado cada mes fibra óptica a 25.000 hogares en el conjunto de España, algo de lo que nos sentimos muy orgullosos.
Historias que inspiran
Durante el rodaje, tuvimos la oportunidad de conocer a varios vecinos, entre ellos Teresa: la primera mujer ganadera que apostó por tener vacas para carne en Vega de Pas y que hasta hace 20 años vivía en una cabaña sin luz ni agua.
O a Sergio, un nómada digital que gracias a Internet se dedica a trabajar en distintas partes del mundo, desde Indonesia hasta Alceda, sin que afecte negativamente a su flujo de trabajo. También a Iván, un joven emprendedor que ha vuelto a Corvera de Toranzo 18 años después para “intentar atraer talento de otras ciudades, incluso del extranjero”.
Y Johanna y Eduardo, una pareja cuya propuesta para mejorar la implantación del teletrabajo y repoblar esta comarca se hizo realidad, convirtiendo una antigua biblioteca en un espacio de ‘coworking’ donde trabajar y compartir ideas. Y todo gracias a la ayuda de los vecinos del valle, del equipo de ‘Volando Voy’ y a la implantación de internet de alta velocidad, fundamental para el trabajo a distancia.
1.000 Mb de fibra óptica: una nueva oportunidad
Para que el flujo de datos llegara a Alceda a una velocidad óptima, tuvimos que extender 14 km de cable de fibra óptica por zonas subterráneas y postes. Un trabajo del que muchos dudarán por su rentabilidad, pero que para nosotros es un orgullo porque forma parte de nuestra misión: ofrecer igualdad de oportunidades.
Si tu también quieres que la revolución de la fibra llegue a tu pueblo, te invitamos a utilizar Adamo Fiberhood, una innovadora herramienta con la que solo necesitas reunir 30 peticiones de vecinos para que despleguemos la fibra óptica en tu municipio y disfrutes de una historia de amor con la alta velocidad. Porque Adamo llega donde otros no llegan.

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